Parece ser que La Tierra fue en sus orígenes una especie de bola de energía incandescente. Permaneció así durante cientos de millones de años, y tras varios procesos y reacciones atómicas se formaron las primeras moléculas y compuestos químicos (oxígeno, hierro, hidrógeno, carbono, nitrógeno, helio...). La combinación de estos elementos originó materiales pesados y ligeros que, a medida que se iban enfriando, fueron formando las distintas capas de La Tierra, depositándose los materiales más pesados en el interior y los más ligeros en el exterior. Este proceso dio lugar a la formación de tres capas: la sólida o litosfera, la acuosa o hidrosfera y la gaseosa o atmósfera.
Imagina que coges un cubo de playa y lo llenas de agua. A continuación echas un puñado de arena seca y remueves el agua con una pala a toda velocidad. Seguro que te imaginas lo que ocurrirá cuando el agua pierda todo el movimiento que le has imprimido: toda la arena se depositará lentamente en el fondo. Pues así puedes entender cómo se formaron las capas de La Tierra.
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